La ideología de género y su base ideológica: El manifiesto contrasexual[1] -de mi ensayo inédito: Introducción a una teología jurídica y política-
La ideología de género y su base ideológica: El manifiesto contrasexual[1]
-de mi ensayo inédito: Introducción a una teología jurídica y política-
La denominada “ideología de género”, se sustenta en el “Manifiesto contrasexual[2]”, cuyo perverso, absurdo, e irracional objetivo es suplantar la “ley natural”, la identidad sexual que toda persona tiene desde la propia concepción en el útero materno (ley biológica que coincide con el Génesis 5-2-10: “Varón y hembra los creo Dios[3]“) por una pretendida decisión voluntaria del individuo conforme a la idea postmoderna del “constructo social”, o la identidad sexual como una construcción social, cultural, que puede ser “deconstruida”, y, por tanto, reemplazada por otra. La autora del mencionado “manifiesto”, fundamento de una “revolución cultural” para cambiar radicalmente las bases naturales de la vida humana, la “especificidad antropológica” creada por Dios y constatada por la ciencia, expresa: “La contrasexualidad no es la creación de una nueva naturaleza, sino más bien el fin de la Naturaleza como orden que legitima la sujeción de unos cuerpos a otros. La contrasexualidad es. En primer lugar: un análisis crítico de la diferencia de género y de sexo, producto del contrato social heterocentrado cuyas performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades biológicas (Judith Butler, 2001) En segundo lugar: la contrasexualidad apunta a sustituir este contrato social que denominamos Naturaleza por un contrato contra sexual. En el marco del contrato contra sexual, los cuerpos se reconocen a sí mismos no como hombres y mujeres, sino como cuerpos parlantes, y reconocen a los otros como cuerpos parlantes. Se reconocen a sí mismos la posibilidad de acceder a todas las prácticas significativas, así como a todas las posiciones de enunciación, en tanto sujetos que la historia ha determinado como masculinas, femeninas o perversas. Por consiguiente, renuncian no solo a una identidad sexual cerrada y determinada naturalmente, sino también a los beneficios que podrían obtener de la naturalización de los efectos sociales, económicos y jurídicos de sus prácticas significativas. La nueva sociedad toma el nombre de sociedad contra sexual, al menos por dos razones. Uno, y de manera negativa: la sociedad contra sexual se dedica a la deconstrucción sistemática de la naturalización de las prácticas sexuales y del sistema de género. Dos, y de manera positiva: la sociedad contra sexual proclama la equivalencia (y no la igualdad) de todos los sujetos -cuerpos sujetos parlantes que se comprometen con los términos del contrato contra sexual dedicado a la búsqueda del placer-saber. La contrasexualidad es también una teoría del cuerpo que se sitúa fuera de las oposiciones hombre/mujer, masculino/femenino, heterosexualidad/homosexualidad. Define la sexualidad como tecnología y considera que los diferentes elementos del sistema sexo/género denominados “hombre”, “mujer”, “homosexual”, “heterosexual”, “transexual”, así como sus prácticas e identidades sexuales no son sino máquinas, productos, instrumentos, aparatos, trucos, prótesis, redes, aplicaciones, programas, conexiones, flujos de energía y de información, interrupciones e interruptores, llaves, leyes de circulación, fronteras, constreñimientos, diseños, lógicas , equipos, formatos, accidentes, detritos, mecanismos de uso, desvíos…la contrasexualidad afirma que el principio era el dildo. El dildo antecede al pene. Es el origen del pene. La contrasexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el orgasmo no son sino los productos respectivos de cierta tecnología sexual que identifica los órganos reproductivos como órganos sexuales, en detrimento de una sexualización de la totalidad del cuerpo”[4].
Prescindiendo del pésimo manejo del idioma, del uso de palabras oscuras, la autora, contra toda evidencia científica, por tanto, objetiva, comienza por negar la existencia de la Naturaleza, de un orden natural, una realidad innegable desde que el ser humano apareció en la tierra hace millones de años (no hay un dato preciso). Dejando de lado la creencia en un Dios omnipotente creador del universo y la tierra, la biología y la antropología, entre otras ciencias, evidencian las diferencias entre varón y hembra, hombre y mujer, comenzando por la identidad sexual. De la manera más absurda Beatriz Preciado afirma que esa diferencia es producto de un “contrato social” “heterocentrado cuyas performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades biológicas (Judith Butler, 2001)”. ¿Cómo responder a tan descomunal absurdo?, ¿Cuándo se suscribió el tal contrato? ¿En la noche de los tiempos? ¿Sería que la más ancestral humanidad decidió un acuerdo mediante el cual se impuso en los cuerpos humanos unas verdades biológicas artificiales?, ¿Cómo podrían ser artificiales, es decir, resultado de un acto de la voluntad, unas verdades biológicas, esto es unas realidades objetivas? Si no hubiese sido por esa realidad que hace del individuo que tiene un pene y unos escrotos un varón u hombre y de su opuesto complementario, el que cuenta con una vagina y unas glándulas mamarias en otros rasgos biológicos, la hembra o mujer, la humanidad no hubiera existido. Porque hasta ahora ha sido la atracción sexual entre varón y hembra, la causa de la procreación de los seres humanos.
Ese centro biosíquico que somos no es un ente cerrado sino abierto, una unidad incompleta, nacemos con una suerte de vacío existencial que sólo puede llenarlo el otro y los otros (“la incompletud”). Esa condición “natural”, -reitero esa idea elemental-, se manifiesta en el imperativo biosíquico a buscar en el otro, el distinto, el complemento a ese vacío, a ese profundo hueco psíquico, existencial (que provoca angustia, insatisfacción, sentirse vacío, conlleva a pensar que la existencia no tiene sentido), origen de la mutua atracción de la “otredad”: el varón respecto de la hembra, y viceversa. Cuando se produce esa atracción biosíquica compartida se logra el complemento a ese algo que falta, a esa insatisfacción que provoca el sentimiento de soledad y aislamiento que todo individuo trae al nacer, y que comienza a aflorar en la adolescencia, etapa de la vida signada por el descubrimiento de la fuerza del impulso sexual, del deseo incontrolable de colmar la imperiosa necesidad del coito o acoplamiento, del estado de tristeza causado por la masturbación o el llamado “vicio del solitario”, en particular en el varón que no logra, a esa edad, la conquista de la hembra para aliviar esa necesidad primaria.
“¡Quién no se ha sentido alguna vez subyugado al irresistible impulso de atracción que ciertas personas de epigamia notable, generalmente miembros del sexo opuesto generan en nosotros!”- exclama Manuel Domínguez Rodrigo- en su polémica obra “El origen de la atracción sexual”:
“¿Quiénes de los que han intentado racionalizar tan sorprendente impulso no se han encontrado confusos a la hora de aprehender los entresijos y desencadenantes de semejante proceso? El ser humano es la única entidad biológica de este planeta que disfruta de una conducta reproductora basada en un modo de atracción entre ambos sexos regulado por ciertos rasgos y proporciones físicas que no se encuentran sujetos a los ciclos de temporalidad como ocurre con la mayoría de las especies animales. Esto se conoce como sistema de atracción epigámica, es decir, en nuestra especie nos sentimos atraídos los unos a los otros porque nos encontramos físicamente atractivos. Al no tener que estar sujetos a los períodos cíclicos de emisión de tumefacciones olorosas, según marca la química hormonal de los ciclos de estro que regulan la conducta reproductora de buena parte de los mamíferos, nosotros disfrutamos también de una característica novedosa en el ámbito animal: instigados por un modo de atracción físico permanente, podemos aparearnos constantemente, y no sólo podemos, sino que lo deseamos de manera continua. Esto nos convierte aún más en un organismo excepcional”[5].
Luc Ferry considera que la idea, el concepto de Eros, se halla en lo esencial en la obra de Platón y que Freud no hará sino repetirlo veintitrés siglos más tarde:
“El deseo sexual, exaltado por la pasión amorosa es carencia. Apela a la consumición del otro. Una vez satisfecho, se hunde en la nada saciada, hasta que vuelve a empezar sin más fin último que la muerte misma. La palabra alemana que utiliza Freud para designar eros encierra esta contradicción, que es de toda vida biológica: Lust, a un tiempo deseo y placer, carencia y satisfacción, porque lo uno no podría existir sin lo otro”[6].
La atracción sexual entre hombre y mujer, varón y hembra, no se basa sólo en la biología, aunque la “ideología de género” en boga y en proceso de convertirse en un nuevo totalitarismo ideológico, niegue la diferencia esencial, natural, entre hombre y mujer (por esa razón, de llegar a publicarse este ensayo podría correr riesgo de asesinato moral). Esa diferencia, no soy experto en el tema, lo digo por mi experiencia, es también psíquica; diría entonces que el hombre y la mujer son seres biosíquicamente distintos, y hasta opuestos. La mayor y mejor demostración de ese aserto la encontramos en el arte: la historia de la poesía, la pintura, la música, la narrativa, abunda en obras que exaltan la pasión amorosa del hombre por la mujer, por ejemplo, estos versos de Luis de Góngora (1561-1627) que integran sus “Romances”:
“Amadores desdichados, Que seguís milicia tal, Decídme ¿qué buena guía podéis de un ciego sacar?, De un pájaro ¿Qué firmeza?, ¿Qué esperanza de un rapaz?, ¿Qué galardón de un desnudo?, De un tirano ¿qué piedad? Dejadme en paz, Amor tirano. Déjadme en paz. Diez años desperdicié. Los mejores de mi edad, En ser labrador de Amor. A costa de mi caudal. Como aré y sembré, cogí; Aré un alterado mar, Sembré una estéril arena. Cogí vergüenza y afán. Dejádme en paz, Amor tirano, Dejádme en paz. Una torre fabriqué Del viento en la raridad, Mayor que la de Nembrot, Y de confusión igual. Gloria llamaba a la pena, A la cárcel libertad, Miel dulce al amargo acíbar, Principio al fin, bien al mal, Dejádme en paz Amor tirano, Dejádme en paz”.
Y este otro de Garcilaso de la Vega (1503-1536):
“¿Dó están agora aquellos claros ojos que llevaban tras sí como colgada mi ánima por doquier que se volvían? ¿Dó está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojos que de mis sentidos le ofrecían? Los cabellos que vían con gran desprecio el oro como a menor tesoro, ¿dónde están?, ¿Adónde el blanco pecho? ¿Dó la columna que al dorado techo con presunción graciosa sostenía? Aquesto todo agora ya se encierra, por desventura mía, en la fría, dura y desierta tierra. ¿Quién me dixera, Elisa, vida mía, cuando en aqueste valle al fresco viento andábamos cogiendo tiernas flores, que había de ver con largo apartamiento venir el triste y solitario día que diese amargo fin a mis amores?”.
Y viceversa, la atracción que ejerce el hombre sobre la mujer, tan bien expresada en estos versos de la excelsa poetisa Gabriela Mistral (1889-1957):
“Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que sólo nuestros labios han probado. ¿Te acuerdas del primero…? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenándose de lágrimas tus ojos…Yo te enseñé a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca”.
Y estos de Carmen Conde (1907-1996):
“Te regalaría un collar de islas, un sistema nervioso de horizontes. ¡Me abriría para ti, todas las mañanas en tus labios! Yo soy más fuerte que tú, porque me apoyo en ti. ¡Asómate a mí, que soy una torre! ¡Asómate a mí: soy aquella palmera de tu huerto, que latía contigo!
¡Echa al aire mis campanas y mis palmas!
Yo soy tu panorama”.
Bien lo expresa Coetzee:
“Un hombre sale al mundo y lo recorre en busca de la respuesta a su única y enorme pregunta, ¿Qué es lo que me hace falta? Y un día, si tiene suerte, encuentra la respuesta: la mujer. Hombre y mujer van juntos, son una misma cosa, recurramos a esa expresión, y de esa misma mismidad, en su unión sale una criatura”[7].
Porque la mujer para el hombre es la esperanza, la esperanza del amor sexual, la esperanza de una compañera de vida, la esperanza de superar la soledad de un dormitorio vacío, la esperanza de despertar de un sueño atroz y abrazar el cuerpo tibio de la amada, la esperanza de compartir día a día las alegrías y tristezas, los triunfos y derrotas, la esperanza de compartir el inexorable paso del tiempo, la esperanza de formar una familia y trascender en los hijos. Esa fuerza, energía biosíquica en que consiste la atracción sexual, es quizás una de las motivaciones (conjuntamente con la codicia, el poder, la fama, el altruismo) que explica en los humanos actos heroicos, sacrificios, engaños, suicidios, homicidios; no es como en los animales un mero instinto irreflexivo articulado a la preservación de la especie. Los animales sienten, perciben, sus instintos les permiten ubicarse en el espacio, pero no piensan como nosotros, carecen de vida psicológica, mental. En cambio, los humanos somos animales simbólicos (Savater): las ideas, creencias, sentimientos, emociones conforman la dimensión espiritual e intelectual que nos da especificidad respecto del resto de los individuos que conforman las especies vivas del planeta. Conocemos, razonamos, creamos. No estamos predeterminados, reitero, por un código biológico inexorable. Uno de nuestros rasgos como especie es la “indeterminación”, base psicológica de la libertad o capacidad de elegir, no obstante, los factores medioambientales que condicionan el mayor o menor libre albedrío. Vivimos entre la naturaleza y la cultura. De modo que la unión que integra la pareja no es sólo unión entre macho y hembra con fines reproductores, es mucho más que eso. Es unión entre personas diferentes, hombre y mujer, que se necesitan también por razones emotivas, sentimentales, espirituales y culturales. Y aunque en nombre de una pretendida autonomía absoluta del individuo se glorifique la soledad y el rechazo al compromiso con el otro y la defensa de un espacio privado inmune a cualquier injerencia extraña, la experiencia demuestra que ese estilo de vida produce depresiones, tristezas, sentimiento de abandono, de estar a la deriva.
No pocos asumen la soledad por desconfianza y temor al encuentro con el otro, o por traumas derivados de fracasos afectivos. Lo cierto es que la naturaleza social, gregaria, de la especie humana, es una característica antropológica que trasciende a todas las culturas y sociedades. Y la primaria manifestación de ese impulso es la irresistible atracción entre los polos sexuales y psicológicos: el hombre y la mujer. No estamos diseñados para afrontar la vida consciente como individuos solos y aislados. Al unirse hombre y mujer se produce un ser completo, la pareja, y así se crea la primera y básica forma de asociación y cooperación. De la pareja surge la descendencia y con ella se genera la célula fundamental de la sociedad, la primaria modalidad de comunidad: la familia. El hombre y la mujer, reitero, se atraen mutuamente y en el coito el primero expele el semen que al unirse a los óvulos que produce el complejo órgano sexual femenino, se crea una nueva vida en el útero de la mujer, así de elemental, así de complejo, así de maravilloso. (Para que ocurra la fecundación, es necesario que la mujer libere un óvulo a las trompas de Falopio mediante la ovulación (aproximadamente el día 14 del ciclo menstrual) y que el hombre eyacule en la vagina para que los espermatozoides puedan encontrarse con el óvulo. Esa simbiosis también se da en los métodos de “reproducción asistida”[8]. Cabe destacar, cuestión de Perogrullo, que en el resto de los seres que forman parte de la biosfera o esfera de la vida, las diferentes especies de animales que integran la Naturaleza no humana, los individuos se dividen en machos y hembras (salvo los extraños casos de los organismos hermafroditas), esa dualidad complementaria que garantiza la reproducción, y, por ende, la conservación de las especies.
En su afán de negar la Naturaleza, el orden natural, sustento o base de la sociedad humana, la autora del panfleto “Manifiesto contrasexual”(Beatriz Preciado) en análisis, reduce “ideológicamente” la condición humana, al hombre y la mujer en cuanto personas portadoras de una dignitas fundamental, un fin en sí, a meros “cuerpos hablantes”: “En el marco del contrato contra sexual, los cuerpos se reconocen a sí mismos no como hombres y mujeres, sino como cuerpos parlantes, y reconocen a los otros como cuerpos parlantes”. De un plumazo prescinde del alma y del espíritu humano, de la fuente de los sentimientos y emociones que caracterizan nuestra especie más allá de las diferencias culturales: la simpatía y el amor, el odio y el rencor, las alegrías y tristezas, la euforia y la depresión; prescinde de la complejidad de la psique, del consciente y el inconsciente, de los sueños, de la creatividad, rasgos de nuestra especificidad antropológica. Y como “cuerpos hablantes”, según esta promotora de la nueva “sociedad contrasexual”, la identidad sexual natural no existe, siendo artificial la dicotomía entre hombre-mujer, heterosexual-homosexual, así como las variantes “identidades” ·de la “transexualidad”, equiparando la compleja sexualidad humana a un instrumento tecnológico. En su desfachatez no titubea en expresar que la contrasexualidad conceptúa a las relaciones sexuales “…como tecnología y considera que los diferentes elementos del sistema sexo/género denominados “hombre”, “mujer”, “homosexual”, “heterosexual”, “transexual”, así como sus prácticas e identidades sexuales no son sino máquinas, productos, instrumentos, aparatos, trucos, prótesis, redes, aplicaciones, programas, conexiones, flujos de energía y de información, interrupciones e interruptores, llaves, leyes de circulación, fronteras, constreñimientos, diseños, lógicas , equipos, formatos, accidentes, detritos, mecanismos de uso, desvíos…la contrasexualidad afirma que el principio era el dildo. El dildo antecede al pene. Es el origen del pene. La contrasexualidad afirma que el deseo, la excitación sexual y el orgasmo no son sino los productos respectivos de cierta tecnología sexual que identifica los órganos reproductivos como órganos sexuales, en detrimento de una sexualización de la totalidad del cuerpo”. ¿Qué puede decirse ante descomunal disparate, desvarío, irracionalidad, desatino? Transmutar la compleja sexualidad humana que comprende elementos anatómicos, fisiológicos, psíquicos, espirituales, culturales, a algo meramente instrumental, una tecnología compuesta por aparatos, trucos, prótesis, detritos (mierda), flujos de energía, etc. El deseo, la excitación sexual y el orgasmo un producto de “cierta tecnología sexual” del cuerpo-máquina, del cuerpo-objeto, del cuerpo fábrica de fluidos; en fin, la “cosificación” del cuerpo desprovisto de subjetividad y de alma. Y en ese disparate se atreve a afirmar que el dildo o consolador, el juguete sexual antecede al pene, es su origen, pues éste no es más que un órgano reproductor que el contrato- Naturaleza ha erróneamente identificado como órgano sexual. Siendo, así, el pene o falo, es superfluo para la nueva sexualidad revolucionaria, el juguete sexual o consolador lo sustituye en lo que respecta al “cuerpo hablante” dotado de vagina. En esa “teoría” de la sociedad contrasexual la totalidad del cuerpo es objeto de sexualización: la boca, el ano, las manos y sus dedos, los pies y sus dedos, los brazos, las piernas, etc. Ese manual contiene dibujos alusivos a cómo utilizar las diferentes partes del cuerpo-cosa para la satisfacción del deseo cual necesidad objetiva de la máquina hablante.
Para crear esa supuesta “nueva sociedad”, primero es esencial proceder a “la deconstrucción sistemática de la naturalización de las prácticas sexuales y del sistema de género”, empleando todos los medios que ofrecen las sociedades democráticas: la conquista del poder por parte de partidos y organizaciones políticas que han incorporado la ideología de género en sus postulados “doctrinarios”, trátese de la izquierda marxista renovada, la centro-izquierda social demócrata, y la izquierda liberal. Aunque divergen en muchos aspectos ideológicos, la izquierda marxista coincide con el liberalismo de izquierda, en aplicar desde el poder estatal: gobierno y legislatura, un programa de leyes destinado deconstruir sistemáticamente, con la fuerza del Derecho: coercibilidad, coacción y sanción, la identidad sexual de origen natural y suplantarla por la llamada contrasexualidad. Tal es el objetivo de las leyes trans o de autodeterminación del género o sexo[9]. Hasta los momentos (2022) diez son los países europeos que tienen leyes de autodeterminación de género: España, Dinamarca, Irlanda, Malta, Bélgica, Noruega, Islandia, Suiza, Portugal y Luxemburgo. El objetivo de tales leyes promover la renuncia “no solo a una identidad sexual cerrada y determinada naturalmente, sino también a los beneficios que podrían obtener de la naturalización de los efectos sociales, económicos y jurídicos de sus prácticas significativas”, tal y como lo plantea Beatriz Preciado en su panfletario manifiesto. Con esas palabras se oculta el ataque frontal a la heterosexualidad, o la sexualidad de orden natural, las relaciones entre hombre y mujer. Y por ello la ideóloga en cuestión plantea que el pene o falo es un mero órgano reproductor del “cuerpo hablante” llamado hombre, innecesario, superfluo, un mero artefacto que sobra en la sociedad contrasexual, que puede ser mutilado cuando su portador decida “voluntariamente” “renunciar” a la identidad de género o sexo “cerrada” que tiene su origen en el “contrato Naturaleza”, es decir, desde el útero materno, antes de nacer.
Si a ello agrega el fomento de la homosexualidad desde las instancias gubernamentales, los medios de comunicación y hasta determinadas corporaciones privadas, calificando esa “identidad sexual” como algo digno de “orgullo” (el mes del orgullo gay), creando beneficios, privilegios especiales, para los integrantes del denominado colectivo LGTBIQ+[10], no es difícil comprender que el objetivo tanto del aborto libre como de la ideología de género: la ley trans, y la promoción y apoyo institucional a la homosexualidad, es reducir la población a como de lugar, evitar la reproducción humana. Si cada vez hay menos varones y hembras heterosexuales al extenderse la homosexualidad, habrán menos relaciones de sexualidad natural entre hombre y mujer, y por tanto, posibilidades de embarazo y de nacimientos; y si se extiende el número de individuos que deciden cambiar de identidad sexual natural; que “voluntariamente “varones decidan transformarse en “mujeres” con la consiguiente mutilación del pene o falo, y viceversa, hembras que se “conviertan” en varones sin posibilidad de disponer de los órganos sexuales y reproductivos masculinos, por más que esos “cuerpos hablantes” puedan ser provistos de penes artificiales, es evidente que decaerá la tasa de nacimiento, y si también se extiende la “disforia de género” en jóvenes que no se “perciban” ni como varones, ni como hembras, algo así como género neutro, ni el, ni ella, sino “ello”, no hay duda alguna de las consecuencias para la reproducción humana que esa infame ideología de género está causando.
El Papa Francisco denuncia esa nefasta ideología en su Encíclica Amoris laetitia, al referirse a los desafíos actuales de la familia:
56. Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo» [45]. Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir, pero no separar» [46]. Por otra parte, «la revolución biotecnológica en el campo de la procreación humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en independiente de la relación sexual entre hombre y mujer. De este modo, la vida humana, así como la paternidad y la maternidad, se han convertido en realidades componibles y descomponibles, sujetas principalmente a los deseos de los individuos o de las parejas» [47]Una cosa es comprender la fragilidad humana o la complejidad de la vida, y otra cosa es aceptar ideologías que pretenden partir en dos los aspectos inseparables de la realidad. No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada”.[11]
Recientemente Francisco ha reiterado su condena de la ideología de género:
“El Pontífice ha recibido este viernes a los participantes en una conferencia internacional sobre el hombre y la mujer a imagen de Dios. El papa Francisco ha recibido este viernes a los participantes en el Congreso Internacional Hombre-Mujer. Imagen de Dios. Hacia una antropología de las vocaciones, encuentro durante el que ha improvisado unas palabras y luego ha entregado el discurso que tenía preparado para que fuese leído, pues todavía sufre las consecuencias de un proceso gripal. Habló el papa Francisco sobre la ideología de género. “Quiero subrayar una cosa: es muy importante que haya este encuentro, este encuentro entre hombres y mujeres, porque hoy el peligro más feo es la ideología de género, que borra las diferencias. He pedido estudios sobre esta fea ideología de nuestro tiempo, que borra las diferencias y hace que todo sea lo mismo; borrar la diferencia es borrar la humanidad», ha dicho. Para el Pontífice, el hombre y la mujer se encuentran en una «fructífera tensión». En este sentido, citó una novela de principios del siglo XX, El Señor del Mundo, en el que ya se habla de la tendencia a borrar las diferencias: «Es interesante leerla, si se tiene tiempo, porque ahí están estos problemas de hoy”. En el discurso del Pontífice, que fue leído en su presencia, ha recordado que objetivo del congreso es «considerar y valorizar la dimensión antropológica de cada vocación». «Esto nos remite a una verdad elemental y fundamental, que hoy necesitamos redescubrir en toda su belleza: la vida del ser humano es una vocación», ha añadido. Asimismo, el Papa ha lamentado que en la sociedad actual se tiende a reducir al ser humano a sus necesidades materiales o primarias, «como si fuera un objeto sin conciencia ni voluntad». Y ha subrayado: «Hombre y mujer son creados por Dios y son imagen del creador; es decir, llevan dentro de sí un deseo de eternidad y de felicidad que Dios mismo ha sembrado en sus corazones y que están llamados a realizar mediante una vocación específica»[12].
En la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe "Dignitas infinita sobre la dignidad humana", del 08.04.2024, la Iglesia Católica insiste en condenar tal perversa ideología:
La teoría de género. 55. La Iglesia desea, ante todo, «reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta», y particularmente cualquier forma de agresión y violencia».[101] Por ello, hay que denunciar como contrario a la dignidad humana que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida, a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual. 56. Al mismo tiempo, la Iglesia destaca los decisivos elementos críticos presentes en la teoría de género. A este respecto, el Papa Francisco recordó: «el camino hacia la paz exige el respeto de los derechos humanos, según la sencilla pero clara formulación contenida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo 75 aniversario hemos celebrado recientemente. Se trata de principios racionalmente evidentes y comúnmente aceptados. Desgraciadamente, los intentos que se han producido en las últimas décadas de introducir nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables, han dado lugar a colonizaciones ideológicas, entre las que ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos».[102] 57. Con respecto a la teoría de género, sobre cuya consistencia científica se debate mucho en la comunidad de expertos, la Iglesia recuerda que la vida humana, en todos sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que debe ser acogido con gratitud y puesto al servicio del bien. Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género, sin tener en cuenta esta verdad fundamental de la vida humana como don, no significa otra cosa que ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios y entre en competencia con el verdadero Dios del amor que nos revela el Evangelio. 58. Un segundo aspecto sobre la teoría de género es que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual. Esta diferencia constitutiva no sólo es la mayor imaginable, sino también la más bella y la más poderosa: logra, en la pareja varón-mujer, la reciprocidad más admirable y es, por tanto, la fuente de ese milagro que nunca deja de asombrarnos que es la llegada de nuevos seres humanos al mundo. 59. En este sentido, el respeto del propio cuerpo y de aquel de los otros es esencial ante la proliferación y reivindicación de nuevos derechos que avanza la teoría de género. Esta ideología «presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia».[103] Por tanto, resulta inaceptable que «algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que “el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar”».[104] Por lo tanto, debe rechazarse todo intento de ocultar la referencia a la evidente diferencia sexual entre hombres y mujeres: «no podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios, que es anterior a todas nuestras decisiones y experiencias, donde hay elementos biológicos que es imposible ignorar».[105] Sólo cuando cada persona humana puede reconocer y aceptar esta diferencia en reciprocidad es capaz de descubrirse plenamente a sí misma, su dignidad y su identidad. El cambio de sexo, 60. La dignidad del cuerpo no puede considerarse inferior a la de la persona como tal. El Catecismo de la Iglesia Católica nos invita expresamente a reconocer que «el cuerpo del hombre participa de la dignidad de la “imagen de Dios”».[106] Tal verdad merece ser recordada especialmente cuando se trata del cambio de sexo. En efecto, el ser humano está inseparablemente compuesto de cuerpo y alma, y el cuerpo es el lugar vivo donde se despliega y manifiesta la interioridad del alma, incluso a través de la red de relaciones humanas. Constituyendo el ser de la persona, alma y cuerpo participan así de esa dignidad que caracteriza a todo ser humano.[107] En este sentido, hay que recordar que el cuerpo humano participa de la dignidad de la persona, ya que está dotado de significados personales, especialmente en su condición sexual.[108] Es en el cuerpo, de hecho, donde cada persona se reconoce generada por los demás, y es a través de su cuerpo que el varón y la mujer pueden establecer una relación de amor capaz de generar a otras personas. Sobre la necesidad de respetar el orden natural de la persona humana, el Papa Francisco enseña que «lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada».[109] De ahí que toda operación de cambio de sexo, por regla general, corra el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción. Esto no significa que se excluya la posibilidad que una persona afectada por anomalías genitales, que ya son evidentes al nacer o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir asistencia médica con el objetivo de resolver esas anomalías. En este caso, la operación no constituiría un cambio de sexo en el sentido que aquí se entiende”[13].
Es necesario agregar que, aun en el caso de relaciones heterosexuales, el aborto libre ofrece la oportunidad de prevenir nacimientos. Eliminar a las dos terceras partes de la humanidad es objetivo del plan y las estrategias del llamado “Nuevo Orden Mundial” propiciado por la ONU, la OMS, el Foro de Davos, la Fundación Rockefeller, Windsor, multimillonarios como Soros Gate.[14] Así mismo, los propietarios de páginas de Internet como Google, de las redes sociales FACEBOOK, TWITER, INTAGRAM, etc., la cúpula masónica de los tres ojos.[15]
Además de ese nefasto objetivo, al promover la progresiva disminución de las relaciones heterosexuales (la sexualidad natural), es decir, el emparejamiento entre hombre y mujer y la posibilidad de la procreación de hijos que con sus padres conformen una familia, el plan del nuevo orden mundial o globalismo[16] incide directamente sobre la familia como célula básica de la sociedad, unidad de aprendizaje de la socialización, de valores esenciales para la convivencia humana: el amor, la solidaridad, la cooperación. Al respecto de la familia expresa el Papa Francisco en su Encíclica “Laudato Sí”: “En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como por ejemplo el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados. La familia es el lugar de la formación integral, donde se desenvuelven los distintos aspectos, íntimamente relacionados entre sí, de la maduración personal. En la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir “gracias” como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño. Estos pequeños gestos de sincera cortesía ayudan a construir una cultura de la vida compartida y del respeto a lo que nos rodea”. [17]
A propósito de las palabras de Francisco, a continuación, transcribo un artículo de David Trueba “El tesoro de la familia latina no debería perderse ante el canto tentador del confort”, publicado en el pais.es en su edición del 30 de junio de 2015. “No siempre lo acertamos a reconocer, pero uno de los precios que paga una sociedad por el progreso económico y la autonomía personal es la soledad. Aparenta ser un cobro cruel cuando llega la vejez. Si uno visita los países que alcanzaron la riqueza y el bienestar varias décadas antes que nosotros, lo primero que le llama la atención es la extrema soledad de algunos de sus ancianos. Es la desmembración del contrato familiar, redactado sobre el cariño, pero también sobre la necesidad, la unión y la fuerza de un destino compartido. Cuando en Francia padecieron una ola de calor veraniego inédita, la más terrible revelación fue descubrir que cientos de ancianos fallecieron sin asistencia, sin nadie que preguntara o se ocupara de ellos. España no es ajena al envejecimiento demográfico, realidad estadística que viene acompañada de una información que aún no estamos preparados para recibir y que describe un doloroso y nuevo perfil de la soledad. Ha tenido cierto éxito en estas semanas pasadas la recogida de fondos para un documental norteamericano que se titula Present Perfect. Retrata el proyecto de una residencia de ancianos en Mount St. Vincent, en Providence, que acoge durante las horas del día a los alumnos de una guardería infantil. La convivencia de los niños pequeños con los salones poblados de ancianos ha provocado una imagen emotiva y sorprendente. Antes de esta iniciativa desarrollada en ese centro de Seattle, el Ayuntamiento de París elaboró un plan de alquiler de habitaciones que ponía en comunicación a ancianos que vivían en soledad con estudiantes que aspiraban a vivienda dentro de la cara y rutilante ciudad. Siempre me pareció una idea inteligente que espero que perfiles de alcaldes como los nuevos elegidos en Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia fomenten en sus ciudades, que acogen estudiantes universitarios de todo el mundo, pero también ancianos locales con los primeros síntomas de esa nueva soledad fabricada en la España rica pero insolidaria. La más interesante encrucijada de la vida consiste en la observación del paso del tiempo. Es ahí donde la convivencia entre los viejos y los niños propició una apertura de mente en las décadas del estallido de natalidad. Las casas abiertas y sobrepobladas ofrecían un contundente retrato de la vida comprimido en un pasillo y las habitaciones caseras. El tesoro de la familia latina no debería perderse ante el canto tentador del confort y el aislamiento disfrazado de socialización de las nuevas tecnologías. Viejos y niños transmiten la verdad de la vida en cada poro de sus distintas pieles. Su convivencia es la mejor información”. [18]
No toda familia cumple esa función, las hay disfuncionales, conflictivas: hijos maltratados, abusados sexualmente por sus padres, padres drogadictos, alcohólicos, hijos que maltratan a sus progenitores, y hasta los asesinan, y viceversa; maridos que golpean y matan a su pareja, y lo contrario. El Papa Francisco en su Encíclica sobre la familia “amoris-laetitia” nos recuerda como desde los más remotos tiempos los conflictos familiares han estado presentes en la vida social: “Un sendero de sufrimiento y de sangre 19. El idilio que manifiesta el Salmo 128 no niega una realidad amarga que marca todas las Sagradas Escrituras. Es la presencia del dolor, del mal, de la violencia que rompen la vida de la familia y su íntima comunión de vida y de amor. Por algo el discurso de Cristo sobre el matrimonio (cf. Mt 19,3-9) está inserto dentro de una disputa sobre el divorcio. La Palabra de Dios es testimonio constante de esta dimensión oscura que se abre ya en los inicios cuando, con el pecado, la relación de amor y de pureza entre el varón y la mujer se transforma en un dominio: «Tendrás ansia de tu marido, y él te dominará» (Gn 3,16). 20. Es un sendero de sufrimiento y de sangre que atraviesa muchas páginas de la Biblia, a partir de la violencia fratricida de Caín sobre Abel y de los distintos litigios entre los hijos y entre las esposas de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, llegando luego a las tragedias que llenan de sangre a la familia de David, hasta las múltiples dificultades familiares que surcan la narración de Tobías o la amarga confesión de Job abandonado: «Ha alejado de mí a mis parientes, mis conocidos me tienen por extraño [...] Hasta mi vida repugna a mi esposa, doy asco a mis propios hermanos» (Jb 19,13.17)”.[19]
Es emblemática la historia del soñador José vendido por sus hermanos celosos y envidiosos de la preferencia de Jacob por ese hijo:
“Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán. 2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. 3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. 6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado: 7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío. 8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras. 9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. 13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. 14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. 15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? 16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando. 17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. 19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. 20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. 21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. 23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; 24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? 27 Venid, y vendámosles a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. 28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.29 Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José adentro, y se rasgó los vestidos. 30 Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿a dónde iré? 31 Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; 32 y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. 33 Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado. 34 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. 35 Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol.[a] Y lo lloró”[20].
La crisis de la unión monogámica, el emparejamiento entre un hombre y una mujer, y la familia surgida de esa unión-padres e hijos- se ha venido agravando en este siglo XXI, no sólo por el aumento de los divorcios, las precarias uniones, sino también por la rebeldía de los hijos respecto de sus progenitores, el debilitamiento de la patria potestad o la autoridad paterna, el exacerbado individualismo provocado por el uso de las redes sociales, la progresiva disminución de las relaciones interpersonales (cara a cara), suplantadas por las virtuales, el aislamiento de jóvenes y adultos cada quien con su teléfono móvil o su Tablet, la confusión entre la realidad objetiva y la virtual promovida por los video-juegos, el ocultamiento de la persona real o auténtica tras una imagen virtual para agradar a otro que tal vez haga lo mismo, o para engañar y cometer diferentes tipos de delitos (el aumento de los delitos empleando el Internet y las redes sociales). Agréguese la nefasta influencia de la “ideología de género”, antes analizada, como factor de confusión mental (psicológica) especialmente entre los niños, adolescentes y adultos jóvenes, en ese contexto no es de extrañar la situación catastrófica de las sociedades del llamado primer mundo, porque en los países de mayor pobreza y miseria, en África, Asia e Hispanoamérica, o tercer mundo, conforme a la jerga del siglo pasado, los conflictos de las parejas y las familias son otros. Las condiciones de pobreza y pobreza extrema obligan a millones a abandonar sus precarios hogares y migrar hacia naciones del supuesto primer mundo, quebrando los lazos familiares, dejando a niños y adolescentes al garete, separando a las familias, ocasionando una dramática “diáspora”. Ese es el caso de mi amada y desgraciada patria Venezuela:
Tras siete años de colapso económico, la crisis migratoria de Venezuela se ha convertido en una de las más grandes del mundo. Millones se han marchado. Para fines del 2020, se estima que 6,5 millones de personas habrán abandonado el país, según ACNUR, el organismo de las Naciones Unidas dedicado a los refugiados. Es un número que raramente se ve, si es que alguna vez se ha visto, en otro contexto que no sea una guerra. Un fenómeno impactante se esconde dentro de esos datos. Madres y padres venezolanos, decididos a encontrar trabajo, así como alimentos y medicinas, están dejando a cientos de miles de niños al cuidado de sus abuelos, tías, tíos e incluso hermanos que apenas han pasado la pubertad. Muchos padres no quieren que sus hijos pasen por la conmoción extenuante y, en ocasiones, muy peligrosa de un desplazamiento. Otros simplemente no tienen el dinero para llevárselos. El éxodo es tan grande que está reconfigurando el concepto mismo de la niñez en Venezuela. Está obligando a niños de primaria a salir a trabajar a las calles, dejando a muchos de ellos en una situación vulnerable ante el torbellino de personajes abusadores que han llenado el vacío que dejó el colapsado Estado venezolano, lo que incluye a traficantes de sexo y grupos armados. Según un diagnóstico realizado por CECODAP, la organización de ayuda establecida en Caracas, y la empresa encuestadora Datanálisis, los padres migrantes abandonaron a casi un millón de niños. “Uno crece rápido”, dijo la sobrina de Fernández, Silvany, una niña de 9 años de cabellos largos y voz ronca. Su madre se fue a trabajar a Colombia en octubre. Desde entonces, Silvany y sus primos se han quedado con sus frágiles abuelos. La alumna de cuarto grado ha asumido muchas de las responsabilidades relacionadas con su hermanito, Samuel, de 1 año. Lo alimenta y lo arrulla por las noches. Soy su hermana, pero realmente soy la niñera”, afirmó. En raras ocasiones, hay niños que han pasado por abuelos, primos y vecinos, ya que quienes los cuidaban migran o desaparecen, hasta que los pequeños finalmente terminan solos. Es un fenómeno que va a cambiar el rostro de nuestra sociedad”, afirmó Abel Saraiba, psicólogo de CECODAP, que brinda orientación a los niños venezolanos. Estas separaciones, añadió, pueden debilitar potencialmente a la misma generación que se supone que algún día deberá reconstruir a esta Venezuela en crisis. El éxodo está asfixiando a las organizaciones sociales. Muchas de ellas han visto cómo sus donantes —familias de clase media y alta— huyen del país justo en el momento en el que más los necesitan. La llegada del nuevo coronavirus a Venezuela ha aislado más a estos niños. Para combatir la propagación, el presidente Nicolás Maduro anunció una cuarentena nacional y ha enviado a las fuerzas militares a las calles para hacer cumplir las medidas. Este esfuerzo ha separado a muchos niños de sus profesores y vecinos, quienes a veces son sus únicos medios de subsistencia. Al mismo tiempo, las fronteras han sido cerradas, lo que aísla a estos niños del resto del mundo y hace que sea imposible que sus padres regresen o vengan a llevárselos[21].
Es necesario acotar que hoy no son 6.5 millones, se calculan más de 7 millones y la migración forzada o éxodo sigue aumentando día a día; por otra parte, el colapso económico al que alude la publicación no es desde hace 7 años, comenzó hace 24 años cuando Hugo Chávez Frías accedió al poder estatal. No voy a entrar en este punto para no desviarme del objeto de estas notas. El Papa Francisco en su Encíclica dedicada a la familia se refiere al impacto de las migraciones sobre la familia:
46. Las migraciones «representan otro signo de los tiempos que hay que afrontar y comprender con toda la carga de consecuencias sobre la vida familiar» [30]. El último Sínodo ha dado una gran importancia a esta problemática, al expresar que «atañe, en modalidades diversas, a poblaciones enteras en varias partes del mundo. La Iglesia ha tenido en este ámbito un papel importante. La necesidad de mantener y desarrollar este testimonio evangélico (cf. Mt 25,35) aparece hoy más urgente que nunca [...] La movilidad humana, que corresponde al movimiento histórico natural de los pueblos, puede revelarse una auténtica riqueza, tanto para la familia que emigra como para el país que la acoge. Otra cosa es la migración forzada de las familias como consecuencia de situaciones de guerra, persecuciones, pobreza, injusticia, marcada por las vicisitudes de un viaje que a menudo pone en riesgo la vida, traumatiza a las personas y desestabiliza a las familias. El acompañamiento de los migrantes exige una pastoral específica, dirigida tanto a las familias que emigran como a los miembros de los núcleos familiares que permanecen en los lugares de origen. Esto se debe llevar a cabo respetando sus culturas, la formación religiosa y humana de la que provienen, así como la riqueza espiritual de sus ritos y tradiciones, también mediante un cuidado pastoral específico [...] Las experiencias migratorias resultan especialmente dramáticas y devastadoras, tanto para las familias como para las personas, cuando tienen lugar fuera de la legalidad y son sostenidas por los circuitos internacionales de la trata de personas. También cuando conciernen a las mujeres o a los niños no acompañados, obligados a permanencias prolongadas en lugares de pasaje entre un país y otro, en campos de refugiados, donde no es posible iniciar un camino de integración. La extrema pobreza, y otras situaciones de desintegración, inducen a veces a las familias incluso a vender a sus propios hijos para la prostitución o el tráfico de órganos» [31]. «Las persecuciones de los cristianos, así como las de las minorías étnicas y religiosas, en muchas partes del mundo, especialmente en Oriente Medio, son una gran prueba: no sólo para la Iglesia, sino también para toda la comunidad internacional. Todo esfuerzo debe ser apoyado para facilitar la permanencia de las familias y de las comunidades cristianas en sus países de origen» [32]. 47. Los Padres también dedicaron especial atención «a las familias[22].
Francisco destaca otro de los rasgos de la crisis familiar en los sectores de mayor pobreza: “49. Quiero destacar la situación de las familias sumidas en la miseria, castigadas de tantas maneras, donde los límites de la vida se viven de forma lacerante. Si todos tienen dificultades, en un hogar muy pobre se vuelven más duras [36]. Por ejemplo, si una mujer debe criar sola a su hijo, por una separación o por otras causas, y debe trabajar sin la posibilidad de dejarlo con otra persona, el niño crece en un abandono que lo expone a todo tipo de riesgos, y su maduración personal queda comprometida. En las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el efecto de hacer que se sientan juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a acercarles la misericordia de Dios. De ese modo, en lugar de ofrecer la fuerza sanadora de la gracia y la luz del Evangelio, algunos quieren «adoctrinarlo», convertirlo en 19 «piedras muertas para lanzarlas contra los demás» [37)[23].
[2] Es el fundamento del denominado marxismo cultural del siglo XXI cuyo objetivo es propiciar la destrucción de la identidad biosíquica de la persona, y, por ende, los fundamentos de la civilización inspirada en los principios y valores judeo-cristianos, en el humanismo de la Antigua Grecia, así como del Siglo de Las Luces (s. XVII) o la Ilustración. Aunque La Ilustración erigió al hombre y la diosa razón como el centro del universo, desplazando la cultura teocéntrica europea por una antropocéntrica, en este siglo XXI el marxismo abandonó la senda de la razón promoviendo la tal ideología de género basada en una construcción ideológica absolutamente irracional, contraria a las evidencias científicas. Beatriz Preciado es la ideóloga más importante de esa ideología, su obra “El Manifiesto contrasexual”, ha causado furor entre sus seguidores y es la “inspiración” de las leyes transgéneros y de la promoción del llamado colectivo LGTBIQ+. “El Manifiesto contrasexual tiene como objetivo hablar sobre las teorías que parten de romper con lo que tradicionalmente se conoce como masculino (o propio del hombre) y femenino (o propio de la mujer) y así quitar las barreras que marcan estas diferencias. Si fuera así, -expresa Paul B Preciado-, no haría falta reivindicar el derecho del ser humano a decidir cómo quiere llamarse y cómo entiende su sexualidad, primero con respecto a sí mismo y después con quienes le rodean. Tampoco sería lógico definirse en base a los gustos sexuales, ¿por qué todo ha de girar en torno al sexo y a las preferencias de cada uno en este sentido? No es lo habitual, y por eso sigue habiendo mucha gente en contra. Además, menciona que realizar un cambio de sexo y/o de género no debería tener más trabas administrativas que cualquier otra cirugía estética, sin entrar en los diversos aspectos psicológicos que derivan en ambas. Destaca que reducir la masculinidad o la feminidad a unos órganos concretos que nos acompañan desde el nacimiento no debería condicionar la vida de ningún ser humano, “no se me ocurre nada más injusto, y sin embargo más real e implantado en esta sociedad, tan retrasada y vulgar en éste como en tantos otros temas”. Según Beatriz, no hay células masculinas ni femeninas, y a los recién nacidos se les asigna el sexo por lo que se aprecia visualmente al nacer, sin realizar análisis cromosómicos o genéticos. El contrato que se propone en “Manifiesto contrasexual”, destaca que la homosexualidad y la heterosexualidad no son entidades naturales, sino construcciones sociales y políticas: uno no nace siendo esto o aquello: según sus investigaciones, esas entidades se crearon hace relativamente poco tiempo, en la medicina de finales del siglo XIX, con la finalidad principal de normalizar la heterosexualidad y patologizar la homosexualidad: se crearon para regular el sistema que une sexo y reproducción. Él Manifiesto contrasexual ha sido aclamado por la crítica francesa como un clásico del pensamiento para el siglo XXI. Un libro imprescindible para entender los debates contemporáneos en torno a las políticas feministas, queer y transgénero”. En https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/conoce-los-principios-de-la-sociedad-contrasexual-a-traves-de-la-mirada-de-paul-b-preciado . ,
[3] El hombre y la mujer se complementan… varón y mujer y los dos se comprometen a someter el mundo sin poner en peligro al hombre. Toda la estructura del primer capítulo del Génesis permite concluir que en la cima de la creación Dios coloca al hombre como la principal criatura, a quien transmite la creatividad, lo coloca como su lugarteniente. Por eso, después de la creación del hombre, Dios entra en su descanso. Como el Dios del Génesis es el Dios de la Palabra, del «hablar creador», el hombre experimenta el poder de la palabra. En el segundo capítulo impone el nombre a los animales; la relación del hombre y la mujer se expresa con la palabra. Todo se resuelve en el Amor y allí tiene su fuente, su cohesión, su sentido. De una manera diferente se sintetiza lo que para el hombre significa ser «imagen de Dios». La dignidad del hombre radica en el hecho de ser criatura de Dios, creada a su imagen y semejanza. De allí se deriva su dignidad. El salmo 8, al describir esta dignidad humana, llega a decir: lo hiciste poco menos que un dios, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies (Sal 8,6-7). Lucía Victoria Hernández. Cuestiones Teológicas, Vol. 32, No. 78 p. 291 - 316 Medellín - Colombia. Julio - diciembre de 2005, ISSN 0120-131X. Negritas mías. El Papa Francisco en su Encíclica AMORIS LAETITIA expresa al respecto: “10. Los dos grandiosos primeros capítulos del Génesis nos ofrecen la representación de la pareja humana en su realidad fundamental. En ese texto inicial de la Biblia brillan algunas afirmaciones decisivas. La primera, citada sintéticamente por Jesús, declara: «Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó» (1,27). Sorprendentemente, la «imagen de Dios» tiene como paralelo explicativo precisamente a la pareja «hombre y mujer». ¿Significa esto que Dios mismo es sexuado o que con él hay una compañera divina, como creían algunas religiones antiguas? Obviamente no, porque sabemos con cuánta claridad la Biblia rechazó como idolátricas estas creencias difundidas entre los cananeos de la Tierra Santa. Se preserva la trascendencia de Dios, pero, puesto que es al mismo tiempo el Creador, la fecundidad de la pareja humana es «imagen» viva y eficaz, signo visible del acto creador.11. La pareja que ama y genera la vida es la verdadera «escultura» viviente —no aquella de piedra u oro que el Decálogo prohíbe—, capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios (cf. Gn 1,28; 9,7; 17,2-5.16; 28,3; 35,11; 48,3-4). A esto se debe el que la narración del Génesis, siguiendo la llamada «tradición sacerdotal», esté atravesada por varias secuencias genealógicas (cf. 4,17-22.25-26; 5; 10; 11,10-32; 25,1-4.12-17.19-26; 36), porque la capacidad de generar de la pareja humana es el camino por el cual se desarrolla la historia de la salvación. Bajo esta luz, la relación fecunda de la pareja se vuelve una imagen para descubrir y describir el misterio de Dios, fundamental en la visión cristiana de la Trinidad que contempla en Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente. Nos iluminan las palabras de san Juan Pablo II: «Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo»[6]. La familia no es pues algo ajeno a la misma esencia divina[7]. Este aspecto trinitario de la pareja tiene una nueva representación en la teología paulina cuando el Apóstol la relaciona con el «misterio» de la unión entre Cristo y la Iglesia (cf. Ef 5,21-33). 12. Pero Jesús, en su reflexión sobre el matrimonio, nos remite a otra página del Génesis, el capítulo 2, donde aparece un admirable retrato de la pareja con detalles luminosos. Elijamos sólo dos. El primero es la inquietud del varón que busca «una ayuda recíproca» (vv. 18.20), capaz de resolver esa soledad que le perturba y que no es aplacada por la cercanía de los animales y de todo lo creado. La expresión original hebrea nos remite a una relación directa, casi «frontal» —los ojos en los ojos— en un diálogo también tácito, porque en el amor los silencios suelen ser más elocuentes que las palabras. Es el encuentro con un rostro, con un «tú» que refleja el amor divino y es «el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a él y una columna de apoyo» (Si 36,24), como dice un sabio bíblico. O bien, como exclamará la mujer del Cantar de los Cantares en una estupenda profesión de amor y de donación en la reciprocidad: «Mi amado es mío y yo suya [...] Yo soy para mi amado y mi amado es para mí» (2,16; 6,3). 13. De este encuentro, que sana la soledad, surgen la generación y la familia. Este es el segundo detalle que podemos destacar: Adán, que es también el hombre de todos los tiempos y de todas las regiones de nuestro planeta, junto con su mujer, da origen a una nueva familia, como repite Jesús citando el Génesis: «Se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne» (Mt 19,5; cf. Gn 2,24). El verbo «unirse» en el original hebreo indica una estrecha sintonía, una adhesión física e interior, hasta el punto que se utiliza para describir la unión con Dios: «Mi alma está unida a ti» (Sal 63,9), canta el orante. Se evoca así la unión matrimonial no solamente en su dimensión sexual y corpórea sino también en su donación voluntaria de amor. El fruto de esta unión es «ser una sola carne», sea en el abrazo físico, sea en la unión de los corazones y de las vidas y, quizás, en el hijo que nacerá de los dos, el cual llevará en sí, uniéndolas no sólo genéticamente sino también espiritualmente, las dos «carnes». Disponible en https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.html
[4] Beatriz Preciado. Manifiesto contra-sexual. En https://monoskop.org/images/1/1f/Preciado_Beatriz_Manifiesto_contra-sexual_practicas_subversivas_de_identidad_sexual_2002
[5] Manuel Domínguez Rodrigo. El origen de la atracción sexual. Editorial Akal, 2004.
[6][6] Luc Ferry. Sobre el amor. Una filosofía para el siglo XXI. Paidós, 2013.
[7] Coetzee. Los días de Jesús en la escuela. Literatura Random House, 2017,
[8] La reproducción asistida consiste en un conjunto de técnicas y tratamientos que tienen como principal objetivo favorecer el embarazo en aquellas personas que presentan problemas de fertilidad. En la actualidad, se trabaja con una serie de tipos de reproducción asistida más comunes en todos los pacientes. Hoy los tratamientos de reproducción asistida están destinados no solo a parejas que sufren problemas de fertilidad. También acuden a ellos mujeres solteras o parejas de mujeres que desean tener hijos. El avance tecnológico en este sentido ha experimentado un cambio sustancial en los últimos años. Tipos de reproducción asistida: Inseminación artificial; Fecundación in vitro; Donación de ovocitos; Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP). Otras técnicas tales como donación de embriones, congelación de semen, biopsia testicular para la obtención de espermatozoides, eclosión asistida o Embryoscope.https://equiporon.com/noticias/cuales-son-los-tipos-de-reproduccion-asistida-mas-comunes/
[9] Con la aprobación en el Congreso de la Ley Trans, España se ha convertido en el décimo país europeo en el que se permite la libre autodeterminación de género: es decir, que una persona pueda cambiarse de sexo a partir de una determinada edad simplemente con manifestar su voluntad de hacerlo. Y su legislación, tal y como se ha enfocado, es ya una de las más permisivas en cuanto a las condiciones aplicables a los menores para que puedan completar el mismo proceso. En concreto, el paso de hombre a mujer o a la inversa a efectos administrativos y legales se permite ahora mediante la realización de un mero trámite en el Registro Civil a partir de los 16 años sin ningún requisito. Entre los 14 y los 16 años, se necesita el consentimiento de los padres o tutores legales y, en caso de conflicto con el propio interesado, tendrá que intervenir un defensor judicial. Y para los menores de entre 12 y 14 años, resulta imprescindible la autorización previa de un juez. https://www.elmundo.es/espana/2023/02/17/63ef50da21efa096718b45bb.html . Pero, mientras en España se avanza en la puesta en marcha de esta ley, algunos de los países que llevaban la delantera en esta materia han retrocedido en sus políticas trans. Uno de los pioneros fue Suecia, cuando en 2014 se legisló por la autodeterminación de género, con una prestación pública de servicios de cambio de género. «Con la 'ley trans' cada persona puede autodeterminarse en géneros diferentes 45 veces al día si le apetece» Anna Cabeza… abogada especialista en Derechos Humanos advierte de que con la norma hay hombres que pueden escapar de juicios por violencia machista si se cambian de género. Según los datos del Ministerio de Sanidad sueco, entre 2008 y 2018 el número total de diagnósticos de disforia de género entre niñas de entre 13 y 17 años aumentó en un 1.500%. Hay que tener en cuenta que la legislación permitía que los niños de 12 años tuvieran acceso a un cambio de género sin necesidad de presentar el consentimiento de sus padres. Sin embargo, tras varios informes alertando sobre las consecuencias de esta regulación y casos en los que los adolescentes se mostraron más tarde arrepentidos de ese cambio, Suecia decidió el año pasado retroceder y prohibió el uso de los bloqueadores hormonales para menores de 18 años. El caso de Keira Bell. También Reino Unido ha visto cómo se ponía en duda su política sobre la autodeterminación de género. El caso más mediático fue el de Keira Bell, de 24 años, que demandó a la clínica británica que llevó a cabo su proceso de cambio de sexo alegando que solo la vieron en tres ocasiones y que deberían haber cuestionado más su decisión. La justicia británica le dio la razón, pues consideró como poco probable que los menores de 16 años puedan dar su consentimiento y someterse a un tratamiento con bloqueadores de pubertad. Además, este verano, el país cerró la clínica Tavistock, referente en el tratamiento de cambio de sexo para menores, al considerar que no era «una opción segura», informó entonces 'The Times’. También Finlandia elaboró el pasado año un nuevo protocolo de tratamiento para los casos de disforia de género en el que se advertía de la ausencia de efectos psicológicos positivos de los tratamientos hormonales, así como de los daños provocados por el bloqueo hormonal en adolescentes. En el protocolo finlandés, además, se remarca la necesidad de que la persona comprenda bien el proceso por el que va a pasar, así como su irreversibilidad. Pone énfasis en la dificultad de los más jóvenes para tomar este tipo de decisiones, pues el desarrollo del cerebro, argumenta, continúa hasta los 25 años. https://www.abc.es/sociedad/suecia-reino-unido-paises-arrepintieron-politicas-trans-20221020135833-nt.html
[10] La reconocida corporación bancaria BBVA en su página WEB promueve al tal colectivo: “El Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, es una fecha que marca el inicio de un movimiento que lucha por los derechos y la igualdad de todas las personas del colectivo. Este día, 28 de junio, conmemora los disturbios que se produjeron en el bar neoyorquino Stonewall Inn en 1969 y que marcaron el inicio de una lucha continua por la defensa de la diversidad sexual y de género. Desde entonces, las letras que conformaban la sigla del colectivo han ido creciendo, al igual que los derechos y las libertades adquiridas. El significado de cada una de las letras relata la historia del propio movimiento y las diferentes identidades de género, expresiones de género y orientaciones sexuales - Lesbiana: Mujer que siente atracción sexual y afectiva por otras mujeres - Gay: Hombre que siente atracción sexual y afectiva por otros hombres - Trans: El término engloba las identidades de género que no coinciden con aquellas asignadas al nacer. Esta letra hace referencia a dos conceptos: transgénero y transexual. Una persona transgénero nace con unas características físicas que no se corresponden con el género con el que se identifican. Las personas transexuales son personas transgénero que han comenzado con un tratamiento hormonal o quirúrgico para comenzar o finalizar un cambio de sexo - Bisexual: Persona que siente atracción sexual y afectiva hacia hombres y mujeres, indistintamente - Intersexual: Persona que nace con características físicas de ambos géneros - 'Queer' o sin etiquetas: Personas que no se categorizan con las etiquetas tradicionales o aceptadas socialmente.+ - Otras: Personas que no se engloban en ninguna de las definiciones anteriores. Para comprender estos conceptos, es necesario distinguir entre identidad de género y orientación sexual. La identidad de género puede definirse como la percepción personal y subjetiva de una persona sobre su género. La identidad de género no tiene por qué coincidir con el sexo asignado al nacer. De igual forma, la identidad de género no es binaria, es decir, no solo engloba al concepto de hombre o mujer. Por otro lado, la orientación sexual hace referencia a la atracción afectiva y sexual hacia otras personas. BBVA. “En BBVA somos más de 100.000 personas en más de 25 países, con una gran diversidad de culturas, experiencias, creencias, idiomas... Esta diversidad es parte fundamental de la receta de nuestro éxito, y nos hará más fuertes para afrontar los retos y oportunidades que tenemos por delante”, ha afirmado Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, en el evento central de los Diversity Days de la entidad. Unas jornadas internas que se celebran por segundo año consecutivo para compartir los importantes avances en términos de diversidad e inclusión y para crear un espacio de aprendizaje para todos los empleados y empleadas del Grupo. Conocer estos términos y conceptos es fundamental para cultivar un ambiente diverso, igualitario y respetuoso en el ámbito personal y profesional. Por esta razón, son muchas las empresas que aúnan sus esfuerzos para conseguir un ambiente profesional inclusivo y diverso. La Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGTBIQ+, presidida por el BBVA, es un claro ejemplo de la apuesta del banco por impulsar medidas que normalicen y apoyen al colectivo. ‘Podcast': Eva Díaz: “La mujer que soy se construye sobre el hombre que fui” https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/lgtbiq
que-hay-detras-de-las-siglas/
[11] papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.pdf
[12] El papa Francisco sobre la ideología de género: «Es el peligro más feo, pues borra las diferencias»
Fran Otero 1 de marzo de 2024. Disponible en». https://revistaecclesia.es/papa-francisc-ideologia-de-genero/
[13] Disponible en https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2024/04/08/080424c.html. Negritas mías.
[14] “Gates financista como Soros del neonazismo totalitario global. “Uno de los más entusiastas de esto es, nuevamente, Bill Gates, quien está financiando el proyecto ID2020 para el control digital de toda la humanidad y una especie de tatuaje formado por polímeros y azúcares que serviría para identificar quiénes han sido vacunados y quiénes no. Esto se implementaría a la par que la vacuna universal de Bill Gates subvencionada y promocionada por la élite política y financiera mundial. Mediante estos dispositivos el Estado tendría un control absoluto sobre la población y acceso total al registro de cada individuo (información laboral, sanitaria, económica.... La humanidad está al borde de un precipicio nunca antes visto ni imaginado donde el control será prácticamente” escribe Javier Villamor. Javier Villamor Cantera (Santander, 1987) se ha convertido en uno de los periodistas más prestigiosos en el estudio del poder, criado en Santander y León, experimentó un notable crecimiento durante el confinamiento donde sus conferencias en internet y su paso por el Toro TV, arrojaron luz a la población más recelosa de las diferentes medidas que se estaban tomando. A pesar de sus 35 años, cuenta con un importante bagaje en cabeceras como 'La Razón', 'El Diario Montañés', 'El Debate' o como portavoz en la asociación 'Hazte Oír', todo ello ha sido la antesala a su desembarco en el nuevo canal de televisión '7NN' el pasado año. Villamor atiende en exclusiva a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León para tratar el estudio de las élites, la importancia de Vox y la situación actual del cristianismo. https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/region/leon/20221101/javier-villamor-controvertido-periodista-castilla-leon-espanasemorira/714928597_0.html.
[15] Tanto Bill como Melinda Gates son unos apasionados del control de natalidad, como otros tantos miembros de la élite empresarial y política mundial. Entre ellos, Felipe de Edimburgo, el marido de la reina Isabel II de Inglaterra, quien dijo, textualmente, “si pudiera reencarnarme, me gustaría volver como un virus mortal con el fin de contribuir a resolver la superpoblación”. Este señor aboga por reducir la población mundial a dos mil millones de personas, lo que supone eliminar a 5.000 millones de personas”. “Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es la mayor crisis posible, y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial”. David Rockefeller, 1994. He buscado inútilmente en los servidores de Internet, en particular Google, y nada aparece acerca del nuevo orden mundial y las estrategias para establecer un gobierno mundial manipulando gobiernos nacionales y las diversas poblaciones. Las informaciones acerca de ese plan se hallan edulcoradas, y, por tanto, ocultas tras conceptos como “desarrollo sustentable”, “garantías del derecho a la igualdad”, “eliminación de la pobreza”, etc. La página web WIKIPEDIA defiende dicho plan, denunciando que no existe “conspiración” alguna para establecer el nuevo totalitarismo globalista. “Para muchos, los conspiradores son simplemente «ellos», un grupo amorfo que incluye a todos y a todo individuo u organismo percibido como poderoso.18 Así, los participantes en la conspiración podrían incluir ─aparte de los ya mencionados: capitalistas, comunistas, los judíos, illuminati, la nobleza, los banqueros, los magnates, los plutócratas─ a grupos tales como los masones,19 grupos infiltrados en la Iglesia católica,2021 los políticos2223 los gobiernos ─algunos o todos─,2425 la cosa nostra, Fuerzas Armadas, entre otros, lo que se extendería incluso a los medios de comunicación,262728 la Casa Blanca, los ecologistas,29 las Naciones Unidas3031 e incluso, de comprobarse su existencia, los extraterrestres.32 .Se afirma también que muchas familias prominentes tales como, por ejemplo, los Rothschild, los Rockefeller, los Morgan, los Kissinger y los DuPont, lo mismo que algunos monarcas europeos, podrían ser importantes miembros, ya que mantienen relaciones entre sí como con figuras de alto poder. Organizaciones internacionales tales como los bancos centrales;33 o el Banco Mundial, el FMI, la Unión Europea y la ONU son mencionadas como componentes esenciales del NOM. https://es.wikipedia.org/wiki/Nuevo_Orden_Mundial_(conspiraci%C3%B3n).
[16] La globalización es un concepto económico que se ocupa de los flujos libres del comercio, de las inversiones y de las personas. El globalismo es una demoledora ideología política que pretende acabar con el Estado–nación como marco de la administración política para sustituirlo por un gran Estado mundial, justificado para continuar con el sesgado libre comercio vigente hoy y sostenerlo por medio del monopolio de los medios de comunicación. El estado–nación es una forma de organización política que se caracteriza por tener un territorio claramente delimitado, con una población relativamente constante y por contar con un gobierno que toma decisiones autónomas para alcanzar propósitos comunes. Se considera que el presidente Donald J. Trump es el principal defensor hoy de esta forma de organización política. Puesto que Trump se ha enfocado en defender: la libertad de sus ciudadanos, las seguridades públicas y laborales, en controlar las inmigraciones y en expandir tanto sus fuerzas militares como su comercio, esto último, por medio de una diplomacia que “trata de convertir los enemigos en amigos”. Los promotores del globalismo sostienen que la humanidad está afectada por tres temas que no los pueden abordar ni resolver los Estados–nación en forma aislada, el cambio climático, la pandemia del coronavirus y el control de la natalidad. Para combatirlos se requieren autoridades a nivel mundial. Pero tras estos dos objetivos se esconde el preservar el sistema capitalista estadounidense y el tener su acceso a todos los recursos globales. Los promotores del globalismo son hoy ni más ni menos que la fracasada ONU, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OMC, la cadena de noticias CNN, la Open Society de George Soros, la Fundación Rockefeller, los diarios The New York Times y The Washington Post, el Grupo Bildelberg, los Illuminati, la masonería.... Hernán González Rodríguez, Disponible en https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/diferencias-entre-globalismo-y-globalizacion-IH13505490
[18] Disponible en http://www.elpais.es
[19] papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.pdf.
[21] Disponible en https://www.infobae.com/america/the-new-york-times/2020/03/25/casi-un-millon-de-ninos-han-sido-abandonados-en-venezuela-por-la-migracion-de-sus-padres/
[22] papa-francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.pdf.
[23] IBIDEM
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