Una extraña serenata
Acerca de guitarristas, en 1974 o 75,
una madrugada, bien bebido, se me ocurrió contratar a un viejo borracho “El
canario” (tocaba un cuatro) con otros dos bohemios (guitarristas) parados
frente a una pollera ubicada en la Plaza Venezuela, para darle una serenata a
mi amada (“Le fui a dar una serenata a mi adorada, le canté lo mejor de mi
repertorio”) Marlen. Por supuesto, la sorprendí al entrar a la casa con esos
músicos callejeros a la una o dos de la madrugada, me miró con reprobación. Nos
sentamos en las sillas del comedor, les ofrecí de beber-era lo lógico-. El
grupo pidió ron, yo continué con el güisqui. Me acompañaron, le dediqué a la
negra “Noche de rondas”, el canario cantó algunas con la típica voz de
borracho. No sé por qué carajo les pedí que tocaran la “cinta verde”, una
canción puesta de moda por el “trío Venezuela”:
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, esperanza
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, esperanza
Un lazo verde, esperanza
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, esperanza
Con la esperanza de verlo
Prendido a tu pelo, mañana en la plaza
Con la esperanza de verlo
Prendido a tu pelo, mañana en la plaza
Prendido a tu pelo, mañana en la plaza
Con la esperanza de verlo
Prendido a tu pelo, mañana en la plaza
Y también junto a él amarré una flor
que es mi corazón
La flor tendrás que llevarla
Prendida a en tu pecho mañana en la plaza
La flor tendrás que llevarla
Prendida a en tu pecho mañana en la plaza
La flor tendrás que llevarla
Prendida a en tu pecho mañana en la plaza
La flor tendrás que llevarla
Prendida a en tu pecho mañana en la plaza
Ay
La cinta verde, la rosa roja
Entre dos cosas se harán quererme
La cinta al pelo la rosa al pecho
Tú has de ponerte
La cinta verde, la rosa roja
Entre dos cosas se harán quererme
La cinta al pelo la rosa al pecho
Tú has de ponerte
La cinta verde, la rosa roja
Esas dos cosas te harán quererme
La cinta al pelo, la rosa al pecho
Tú has de ponerte, mi amor
Esas dos cosas te harán quererme
La cinta al pelo, la rosa al pecho
Tú has de ponerte, mi amor
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, esperanza
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, …
Un lazo verde, esperanza
Hoy enredé a tu balcón
Un lazo verde, …
Marlen se fue a dormir. Recuerdo, tal era la pea, que
me dormía por ratos, me despertaba y volvía a decirle al Canario y sus
muchachos que repitieran la canción, así hasta que nos quedamos dormidos
cañoneros y serenatero. Marlen nos despertó, serían las 6 0 7 de la mañana, nos
preparó desayuno, el canario me pidió 100 bolívares, era dinero para ese
tiempo, le di 150, se fueron contentos. La que no estaba alegre era la dueña de
casa.
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