Invasión y Liberación
Invasión y Liberación
Juan José Monsant Aristimuño
El Mundo, El
Salvador .sábado 1, diciembre 2018
Invasiones fueron las ejecutadas por Adolfo Hitler en Polonia, Austria,
Holanda, Bruselas, Francia, Rusia y hasta en el Magreb africano; y la de
Mussolini en Etiopía, vaya usted a saber por qué razón. La de los japoneses en
China, y la de los chinos en el Tibet. Las de la Unión Soviética en
Checoslovaquia, Hungría, Ucrania, Letonia, Estonia, Lituania, Polonia,
Alemania. La de los turcos otomanos en Europa, Grecia y Chipre; antes, la de
los árabes en España, Francia y Bélgica. Y mucho antes, la de los babilonios,
asirios, griegos, romanos y árabes musulmanes en Israel. ¿Y qué decir de los
mongoles y los llamados bárbaros de Atila sobre el Sacro Imperio romano
germánico, que llegaron a las misma puertas de Roma. No podemos pasar por alto
las invasiones de los blancos y árabes en el continente africano.
Lo común de todas ellas ha
sido la ocupación física de territorio invadido, el espacio vital, la necesidad
de expandirse por razones económicas, geográficas, de seguridad, venganza y
hasta por vanidad. Los aztecas invadían y ocupaban para esclavizar a sus
vecinos y ponerlos a su servicio y sacrificios; para que vayamos dejando de
glorificar e idealizar la pureza espiritual del aborigen del denominado Nuevo
Mundo; en tanto que nuestros caribes se engolosinaban con el cuerpo de sus
enemigos al son del “Ana Karina Rote” (Solo los caribes son gente).
He allí, entonces, el
alcance de lo que es una invasión. Hasta la ocupación o invasión de tierras
agrícolas o baldías conlleva el componente de la ilegalidad e ilegitimidad de
origen, por lo que en algún momento los terrenos ocupados deben retornar a sus
dueños, sea el Estado, sea un particular, a menos que medie una sentencia de
expropiación por causa de utilidad pública, pero eso es otra cosa.
Guerra
de liberación es otra cosa, tiene otra dimensión y otros componentes de
legalidad, legitimidad, y hasta del Derecho Natural del hombre a defender su
vida y la de los suyos, su dignidad y su propiedad.
Venezuela
es un caso inédito en la historia de la humanidad, a lo menos en la historia
moderna de la humanidad, desde el surgimiento del Estado-Nación (Tratado de
Westfalia, 1648). Es el único país de los cinco continentes existentes
que no tiene signo monetario alguno, el único gobierno del mundo que haya
existido o que existe, sea dictadura, monarquía o república, que decidió
formalmente disolverse como nación asentada en un territorio. Es el único
gobierno del mundo, dictadura o democracia, que decidió formalmente entregar su
patrimonio material y cultural, su historia y su futuro a otro país sin el
oprobio de ser invadido: Cuba, o lo que los hermanos Castro representan y
representaron; es el único gobierno del mundo que decidió desde su inicio
hermanarse, arrullarse, proteger, incentivar y financiar a todos los
movimientos terroristas existentes en los cinco continentes, cuya finalidad es
destruir los principios, legalidad y las bases del sistema político democrático
por el cual se rige la cultura Occidental: ETA, Hezbollá, ELN, FARC, EPP,
Hamas, Foro de Sao Paulo. Es el único país del mundo donde los servicios de
inmigración, identificación, registros y notarias, puertos y aeropuertos,
seguridad del estado, incluyendo sus embajadas, y fuerza armada son tutoreados
y controlados abiertamente por extranjeros.
Es
el único país del mundo donde existen dos autoridades por estado, municipio o
alcaldía, el elegido y el oficioso. Es el único país del mundo que ha
desmantelado en su totalidad sus empresas básicas, incluyendo la de
hidrocarburos. Y es el único país del mundo donde la totalidad del tren
ministerial, y alto mando militar están señalados como criminales
internacionales. Y, para no derramar otra lágrima, es el único país del mundo
donde sus ciudadanos deben colocar sus rodillas en tierra para implorar
un “carnet de la patria”, para saber que aún se les permite respirar, mientras
arrastra su miseria.
Y
si no surge una Fuerza Multilateral de Liberación armada con armas de fuego de
poder destructivo inmediato, y armada con medicinas y alimentos y hospitales
para rescatar una nación subyugada y en extinción, será igualmente el único
pueblo del mundo que decidió desaparecer como nación.
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