El Decálogo del Tirano, publicado en soberania.org, página clausurada por la narcodictadura militarista comunista terrorista
El Decálogo del Tirano
Prof.
Henrique Meier
Aristóteles en el capítulo 11, libro VI (Política)
formula una suerte de Decálogo del Tirano[1]
o “consejos” para aquellos poco experimentados en esa forma de poder:
1 El Tirano debe sustraer del cuerpo social a las
personas superiores, es decir, suprimir los “grandes espíritus”, pues la
tiranía es incompatible con los hombres de “espíritu noble y libre”;
2. El Tirano debe prohibir celebraciones en común,
asociaciones, educación, ni nada del mismo género; por el contrario, ha de
estar alerta respecto de todo aquel que pretenda estimular sentimientos de
grandeza de alma;
3. En consecuencia, el Tirano debe impedir a como de
lugar toda sociedad de sabios, ni ninguna otra asociación de enseñanza;
4. El Tirano debe hacer todo lo necesario para que los
ciudadanos se conozcan lo menos posible, pues el mutuo conocimiento acrecienta
la confianza mutua;
5. Es imprescindible que los habitantes estén siempre
bajo la mirada del Tirano, de modo que la más insignificante de sus acciones no
pase desapercibida, lo que los convertirá en permanentes esclavos y hará que
sus espíritus sean mezquinos;
6. El Tirano
debe esforzarse para no ignorar lo que cada sometido pueda decir o hacer, lo
que implica servirse de espías, de las mujeres llamadas delatoras (Syracuse) y
“las orejas de príncipe” que Herón enviaba a cualquier lugar donde hubiese una
reunión o asociación;
7. El Tirano
debe utilizar cualquier medio para dividir al pueblo, crear odio entre las
personas, la cizaña entre amigos, entre el pueblo y los notables,
particularmente los ricos;
8. El empobrecimiento de las personas es también un
procedimiento propio del Tirano cuyo objeto es impedir que puedan organizar
milicias, y que por su situación de miseria cotidiana, no tengan deseo alguno
de conspirar;
9. Asimismo, el
Tirano debe aumentar los impuestos de manera que toda la riqueza de la Polis
sea por él apropiada. Asimismo, ha de fomentar las guerras para crear la
necesidad de un guía en las situaciones de graves incertidumbres;
10. Lo específico del Tirano es la desconfianza hacia
sus amigos, porque si todos en la ciudad le desean el mal, son sobre todo sus
amigos, por cercanos, los que pueden llevarlo a cabo.
Obsérvese cómo ese Decálogo sigue en algunos puntos
teniendo vigencia. Y así en Cuba los Castros y la burocracia del Partido
Comunista mantienen controlada a la población mediante el espionaje que ejercen
los llamados “comités de defensa de la revolución” (5 millones de miembros)
respecto del resto de la población. De esa manera, todos los cubanos se hallan
bajo la mirada de la tiranía. Lo mismo puede decirse en relación con el
empobrecimiento de la población, algo que siguió al pie de la letra Chávez
durante 12 años y ahora su sucesor, el Ilegítimo Maduro, y que recientemente
fue expresado por boca de un tal Rodríguez que fungió de “Ministro de
Educación”, al declarar que el régimen no iba a sacar de la pobreza a los
venezolanos que la padecen para que pasen a integrar la clase media, y por
tanto, a quebrar las ataduras del perverso populismo clientelar. Sin embargo, no obstante el creciente empobrecimiento
de la población desde hace 15 años, hoy la mayoría del país rechaza al régimen
castro-madurista. Obsérvese, también, lo
de la siembra del odio y la división, y el resentimiento hacia los ricos, parte
fundamental del discurso del poder desde hace 15 años.
[1]Turchetti, Mario. Tyrannie et tyrannicide, de la
Antiquité á nos jours. PUF. Paris, 2001, pp. 90-91. Traducción mía. Según Turchetti, ese Decálogo
formulado por Aristóteles tenía como motivación alertar a los atenienses
respecto de la conducta del tirano
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