Aquel tiempo de felicidad y libertad (de Relatos de la infancia)
Aquel tiempo de felicidad y libertad (de Relatos de la infancia) Henrique Meier “Fantástico pozo de niño, Mis ojos creen olvidar y no pueden . Recuento. No me alcanza la memoria, de maravilla a maravilla. Cada día es otra invitación, Pero no bastan los nombres, Para mostrar la joya de Raleigh”. Rafael Cadenas Me subía cual gato a los techos de aquel caserón [1] por una delgada tubería que conectaba con un tanque de agua, inocente del riesgo que corría sobre las tejas, escuchando los gritos de mamá o de papá implorando que bajara. Al llover, esas lluvias torrenciales de la selva tropical, las goteras dejaban constancia de mis correrías por los techos, tenía complejo de pájaro. Al “crecer” (digo en edad porque desde los 15 años no aumenté un puto centímetro, de vaina no ingresé a las filas de los enanos: 1.60) perdí, como todos, esas alas de la infancia. Ahora estoy viendo en el recuerdo a mi hermano Guillermo tratando también de subirse al techo por la tubería, per