Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2020

El orejón

El orejón Henrique Meier Esta historia me la contó mi amigo Luis, compañero desde la infancia desde que compartimos aula en la primaria y el bachillerato. La historia sucedió en la década de los noventa, mi amigo un hombre bien parecido: alto, cabello castaño (le envidiaba su abundante cabellera, yo que comencé a perderla a los veinte años), de complexión atlética, extrovertido, simpático. Un astuto comerciante, no era millonario, pero sí un hombre rico, casado con una bella mujer de cuerpo envidiable, no había perdido su silueta a pesar de los tres hijos del matrimonio. Y aunque, pensaba, disfrutaba esa hembra, Luis seguía mujereando. Yo le preguntaba por qué carajo seguía ligándose con una y otra no obstante tener a su lado a una exquisita esposa y madre de sus hijos. - La variedad brother, la variedad, aburre meterlo siempre en el mismo agujero, además, cuando te tiras a otras, dan ganas de singarte a la tuya, al menos eso me sucede a mí-. Pensaba que mi amigo tenía la ...

El anciano frente al televisor

El anciano frente al televisor Henrique Meier E Desde hace dos años y medio estoy exiliado como tantos compatriotas aquí en España, resido con mi mujer en un pueblo de la Provincia de Alicante. En el atardecer acostumbro mirar desde el balcón de un piso (apartamento) ajeno, como todo lo que me rodea, a los transeúntes que apresuran la marcha para llegar a sus hogares, no es agradable estar en la calle con este húmedo frío de esta época del año, a menos que formes parte de los individuos “superfluos”, los marginados, los sin hogar que sobreviven en el duro pavimento “resguardados” por unos cartones, unas roídas cobijas, acostados en las aceras. De esos hay pocos en este pueblo, a diferencia de las grandes ciudades. Observo también a los amantes de los detestables perros paseándolos con sus cadenas para que caguen en las aceras, hay quienes recogen la mierda con unos guantes, pero a otros les importa un carajo que sus canes grandes, medianos o pequeños, dejen sus excremento...

¡Cuidado con la miel!

¡Cuidado con la miel! Henrique Meier Un ministro del gobierno de transición de Ramón J Velásquez, luego de que Carlos Andrés Pérez fuera defenestrado por el Congreso, acusado por un fiscal general por pura venganza, resultado de su   resentimiento hacia el fallecido ex presidente (dicho ex fiscal también fue visitado por la guadaña, como a todos en algún momento), detenido, juzgado y sentenciado por la Corte Suprema de Justicia, lo que condujo al entierro de la democracia representativa con la elección de Chávez Frías en 1999 (Ver mi artículo ¿Cuándo se jodió Venezuela?), se caracterizó por bebedor y mujeriego. Le metía de frente a la caña y no perdía oportunidad para singarse a cualquier hembra que estuviese a su alcance, vicios menores comparados por la corruptela de no pocos “servidores públicos” en el pasado democrático y de toda la secta destructiva chavista devenida en narcodictadura, pues no creo que se salve uno de ese régimen criminal. Los honestos le renunci...