El mal no es un invento de la Biblia como tampoco el primer asesinato fratricida: Caín dejó su legado
Para algunos venezolanos y más aún para el mundo en general, les resulta difícil comprender y aceptar la naturaleza perversa, cruel, corrupta, tiránica de la narcodictadura militarista, asociada al terrorismo islámico internacional que impera en nuestra desgraciada patria: Nuestra añorada Venezuela. Pocos, muy pocos, comprendieron que cuando Chávez Frías obtuvo el triunfo electoral en las elecciones de 1998, ya tenía un plan concebido en secreto con la asesoría de su mentor y “padre político” Fidel Castro, para entregar el petróleo venezolano y la soberanía del Estado, en las garras de la sangrienta dictadura cubana vinculada con el tráfico de drogas y el terrorismo de las FARC colombianas. Un plan maquiavélico que se fue ejecutando por etapas, utilizando perversamente las formas de la democracia, en particular sucesivas elecciones, y una supuesta ideología justificadora del nuevo poder: “el socialismo del siglo XXI” cuyo objetivo, se decía, era lograr la justicia social